El copago sanitario es una fórmula mediante la cual las personas que precisan tratamiento farmacológico, deberán pagar una cantidad de dinero dependiendo de su condición (en activo, pensionistas, teniendo en cuenta los ingresos de la persona y otros factores) y que trata de frenar el abuso de la población con respecto al consumo de medicamentos, entre otras medidas.

Las personas afectadas por síndrome toxico, perceptoras de rentas de integración, con enfermedades profesionales y/o poseedoras de rentas no contributivas, entre otras, estarán exentas de la aportación farmacéutica. Los enfermos de Alzheimer no están contemplados en ningún supuesto eximente.

Después de valorar la medida, es hora de saber qué supone para la enfermedad de Alzheimer este sistema de contribución por consumo de medicamentos. Si nos situamos dentro de la rutina farmacológica de un enfermo de Alzheimer descubrimos que un gran porcentaje de las personas aquejadas por la enfermedad simultanean tratamientos propios para la demencia con otros prescritos para problemas relacionados o no con ella, a menudo subyacentes, y en otras ocasiones de debut sincrónico o posterior y de diferente etiología. Para estos enfermos, el copago no es la mejor alternativa teniendo en cuenta que para cada fase de la enfermedad es preciso un determinado medicamento, y habitualmente, el paciente sigue lo que se denomina una “terapia combinada” que es la suma de dos o más medicamentos prescritos al uso de frenar lo máximo posible el avance de la enfermedad. A menudo los pacientes pueden llegar a tener más de cinco medicamentos pautados al día dependiendo su correcta ingesta, de las personas cercanas, familiares o cuidadores principales.

Existen en la actualidad 5 fármacos indicados para el tratamiento sintomático de la enfermedad de Alzheimer: Tacrina, Donepezilo, Rivastigmina y Galantamina (dentro del grupo de los pro-colinérgicos), y Memantina (modulador glutamatérgico).

Pese a que cada vez conocemos más casos de personas con la enfermedad en su fase inicial que son menores de 65 años, el porcentaje mayoritario de enfermos de Alzheimer en España varía en una horquilla de edad que va desde los 70 a los 85 años. En este último tramo, el porcentaje de enfermos se ve incrementado entre el 30 y el 40%. La edad, las variantes familiares, la red social cercana del enfermo, el poder adquisitivo de éste, y el conocimiento de la enfermedad por parte del paciente y de las personas que lo rodean/cuidan, son factores determinantes a la hora de seguir correctamente o no la medicación prescrita.

El copago, presente en el tratamiento de estos enfermos, es una de las variables más preocupantes y de mayor influencia a la hora del abandono de la medicación, y es que según un estudio elaborado por el Colegio de Farmacéuticos de León, un 5% de los enfermos de Alzheimer se ve obligado a abandonar el tratamiento debido al coste que éste posee. Este porcentaje se debe única y exclusivamente a que el copago no ha hecho sino contribuir a que los enfermos, sus familiares, cuidadores o personas cercanas, se vean obligados a abonar el 10% del coste total de la terapia farmacológica prescrita, sin olvidar que no es un sólo medicamento el que deben tomar y los que tienen pautados sólo para esta enfermedad obligan, como mínimo a una toma diaria.

La media de edad de estos enfermos y su condición de “crónicos polimedicados”, unido al impacto del copago, hace que la medicación fracase en ocasiones incluso antes de haber tenido oportunidad de frenar el avance de la enfermedad.

Realmente si el copago trata, en parte de disuadir el abuso relativo al consumo de medicamentos, y regular así la necesariedad de un uso responsable de los servicios médicos, éste nunca debería de haber incluido a pacientes que no tienen posibilidad de curación, están en situación de dependencia y además oscilan en rangos de edad elevados, características desgraciadamente comunes en el caso de los enfermos de Alzheimer.

Estos datos deben servir como instrumento para frenar el incremento de abandonos de la medicación debido al copago farmacéutico en caso de enfermos de Alzheimer.

Fuentes consultadas :

Informe Mundial sobre el Alzheimer 2015

Colegio Oficial de Farmacéuticos de León (estudio realizado referente al copago farmacéutico)
 

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