Cada recuerdo es especial

Hoy os traemos un post muy especial. Como sabéis, el proyecto del Banco de Recuerdos lleva ya un tiempo recibiendo los recuerdos que muchas personas han decidido guardar para siempre. Fue creado para concienciar a la población de la importancia de continuar investigando sobre una enfermedad como el Alzheimer, además de conseguir colaboración económica, gracias al apadrinamiento de recuerdos, que ayude a llevar a cabo todos los proyectos de investigación que hay en marcha en la actualidad y proyectos futuros.

Por eso, y porque mañana se celebra el Día Mundial del Alzheimer, estamos encantados de compartir con vosotros algunos de esos recuerdos que nos han emocionado, con los que más os habéis sentido identificados en la página de Facebook del Banco de Recuerdos, y los que nos han puesto la piel de gallina.

Con esto queremos hacer nuestro pequeño homenaje a todos los que padecen esta enfermedad, a sus familiares y cuidadores, y los que han decidido guardar aquí para siempre esos recuerdos tan personales. Esperamos que os animéis a hacerlo durante mucho tiempo más.

Adelia: Mi gran amor

Te quiero mamá, te quiero con todo mi corazón, espero en estos momentos de sufrimiento saber ser tu bastón, tu guía, tus manos y piernas. Canalla enfermedad, has conseguido que ame a mi madre aún más.

Gema: Tus ojos

Si algún día he de quedarme sin recuerdos, sólo pido que no se borre de mi memoria tus ojos y tu mirada.

Cris: Abuelos

El olor a comida casera que desprendía el delantal de mi abuela cuando me comía a besos. Los paseos por el Chantre con el abuelo enseñándome a amar la naturaleza. Recuerdo como el abuelo me llamaba "ranilla" y a mí me encantaba… Recuerdo que se querían como no he visto nunca quererse a nadie.

Claudia: Mi amor y yo

Quiero recordar para siempre este año y pico que llevo con mi amor, Gonzalo. Eres mi amor, hasta que dejes de serlo, y te aseguro que pasará mucho tiempo hasta que eso suceda. Te has portado tan bien conmigo siempre... Y yo tan mal muchas veces... Somos muy diferentes, tenemos diferencias vitales importantes, y para mí es una faena de vez en cuando... Pero no importa, porque somos capaces de hacer de un día de mierda un día increíblemente bonito. Sé que jamás olvidaré esto. La única posibilidad que hay de que te borres de mi mente sería que tuviera Alzheimer y tú no estuvieras conmigo. Y espero que sea algo que no pase jamás. Te amo.  Siempre. Tuya. Claudia.

Anónimo: Mi boda. No sabes cuánto y cómo lo siento

El día de mi boda, al entrar en el hotel donde lo celebramos, pisaste la cola del vestido de mi mujer y te lo recriminé. Muchos años después, cuando ya no estabas, supe que hasta se te saltaron las lágrimas por mi enfado. ¡No sabes cuánto y cómo lo siento! Nunca me enfadé de verdad contigo, me llenaste la vida de luz, ejemplo, cariño y compañía. Nunca te recriminaré nada y no hago más que recordarte con frecuencia. Perdóname. Te quiero Papá.

Aida: Recuerdos

Mi recuerdo es sobre todas esas personas que en algún momento de su vida se olvidaron de recordar, porque recordar es una de las mejores cosas que tiene el ser humano y no debería de desaparecer nunca, por todas esas personas que aunque no sean capaces de recordarnos no olvidaremos.

Esther: El olor de una madre

Recuerdo el olor a limpio y a ternura de mi madre, como buscaba ese olor en los momentos del final del día porque me reconfortaba, me daba alegría y seguridad. Ahora tiene Alzheimer y la tengo que ayudar a recordar eso y otras cosas.

Yolanda: Para mi abuela querida

Soledad era tu nombre y una gran soledad dejaste dentro de mí. No me dio tiempo a decirte adiós y decirte lo mucho que te he querido y lo mucho que te sigo queriendo. Una mala enfermedad te llevó para nunca más volver… Qué duro es pensar que ya no estás a mi lado como cuando era pequeña, para darte todos esos abrazos y besos que no te pude dar por estar tan lejos de ti, abuela. Siento un gran vacío a no tenerte aquí… cuánta falta me haces, pero sé que ahora descansas en paz.

Clara: Los que ya no están

Hay una persona que ha sido importante en mi vida y  ya no está. Al no tenerla día a día a mi lado temo olvidar anécdotas y momentos que viví con ella, por ello los guardo aquí, para que no se pierdan nunca. Abuela; recuerdo con mucho cariño sus tortillas francesas, el vasito especial para tomarse la leche,  los comentarios sobre "La Catalina"  "llamadla a la ventana, si está deseando vender", y expresiones como "qué va a decir la Paz", "cógeme dinero del bolsillo". Y muy especialmente, recuerdo que uno de esos veranos en los que me turnaba con mis hermanas para quedarnos allí contigo, al levantarme por la mañana y ver que no estabas en casa, salí a  buscarte y como no te encontré, rompí a llorar encima de tu cama pensando que nunca volverías.