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Antonio A. Burgueño, Director Médico del Programa Desatar al Anciano y al Enfermo de Alzheimer

Cada mes surgen un nuevo centro que ha logrado erradicar totalmente el uso de sujeciones al cuidar a las personas mayores que viven en él, y cada mes la Confederación Española de Organizaciones de Mayores – CEOMA  que promueve el programa Desatar al Anciano y al Enfermo de Alzheimer, acredita un nuevo “centro libre de sujeciones”. Es una tendencia imparable, pues hemos llegado a un punto en el que los profesionales han decidido dar un giro hacia la tolerancia cero a las sujeciones como nueva actitud para obtener mejores resultados.

Un “centro libre de sujeciones” es un centro en el que no se utiliza ningún tipo de sujeción física, entendiendo como sujeción física: la limitación de la libertad de movimientos de una persona, o su actividad física, o el normal acceso a cualquier parte de su cuerpo, con cualquier método físico externo aplicado sobre ella, o adyacente a ella, del que no puede liberarse con facilidad.

Pero, ¿qué características adquieren los centros libres de sujeciones?, ¿qué les hace interesantes? Si esa política de cuidado no se tradujera en claros beneficios para las personas objeto de atención no tendría sentido, pero es bien sabido que evitar las sujeciones es evitar sus consecuencias, que son notorias cuando la persona tiene algo que perder. Son pérdidas de todo tipo tales como la pérdida, de función cognitiva, de funcionamiento físico, pérdida de la continencia, pérdida de la integridad de la piel, pérdida de apetito (riesgo de desnutrición), etc., e incluso muerte súbita y muerte por estrangulación, sin olvidar el sufrimiento psicológico que pueden producir, y que atentaría contra la dignidad humana. Si a esos beneficios le añadimos que no se producen más daños en las personas objeto de atención y que no es necesario ningún incremento en la plantilla, la verdad es que la invitación a hacer las cosas así es contundente.

Los centros que utilizan rutinariamente sujeciones son centros donde no suele haber medidas de seguridad, ambientales u organizativas, eficaces para prevenir las caídas o los problemas de conducta graves. Además, el uso de sujeciones puede anclar el desarrollo de los profesionales hacia más conocimientos en ciertas materias, y también hacia más experiencia, inhibiendo la creatividad necesaria para manejar los retos que plantean las personas con demencia, principales “víctimas” de las sujeciones físicas y farmacológicas diarias.

En los centros libres de sujeciones se percibe una mayor confianza de sus usuarios, lo cual mejora la percepción de seguridad legal de los profesionales, que son más capaces de tomar decisiones favorables para la persona mayor sin miedo y sin necesidad de “curarse en salud”, sino mas compartidas con los interesados directos.

Los caminos para lograr ser un centro libre de sujeciones son, según lo observado por el Programa Desatar, muy diferentes, tanto que no conoce dos centros iguales en esto. Por ello, aconsejamos a los centros que no busquen fórmulas ni métodos estándares, y que creen su propio método conociendo sus fuerzas y las debilidades sobre las que han de actuar. La clave es hacer un buen diagnóstico de partida y diseñar una estrategia a la medida, que será diferente para cada centro, según su realidad inicial. Hay decir que, una cosa que ha aprendido el Programa Desata es que solo los centros que se han posicionado en una tolerancia cero y han ido a por todas desde el principio, son los que han logrado convertirse en centros libres de sujeciones, y que lo que no se han posicionado así han recogido fracasos más o menos frustrantes.

Es hora de que los poderes públicos se hagan eco de ésta realidad que se va imponiendo en toda España y que actúen en consecuencia. Así, es oportuno decir aquí que el ejemplo dado por Navarra, legislativamente hablando, al haber aprobado una norma que regula el uso de sujeciones, es un ejemplo a seguir también, ya que establece un marco legal favorable a que esos logros se busquen sin miedo y a que los centros libres de sujeciones se sientan más cómodos que otros.