Comentarios / Añadir Comentario

¿Qué se debe hacer para vender una propiedad adquirida por sucesión?
 
¿Qué pasa si uno no quiere vender?
 
Resulta habitual que a la hora de repartir una herencia puedan surgir problemas derivados de desacuerdos y conflictos entre los herederos, siendo uno de los ejemplos más comunes el de varios hermanos que heredan la vivienda de sus padres habiendo parte de ellos con intención de venderla y otra parte que no.
 
La mejor solución en esos casos sería intentar que todos los hermanos herederos puedan llegar a un acuerdo, ya sea sobre la conservación del inmueble, la venta del mismo tanto a un tercero como entre los propios hermanos o, incluso en algún caso,  que uno de los hermanos ceda su parte a los demás cuando éstos no disponen de los medios para adquirir su parte. 
 
Sin embargo muchas veces no resulta posible llegar a ningún acuerdo. Cuando esto ocurre, y alguno de los herederos no quiere vender el inmueble, los bienes indivisibles heredados, como en este caso un inmueble, se pueden vender aun con la oposición de uno o varios de sus herederos, mediante una partición judicial de la herencia y la posterior subasta pública del inmueble.  
 
La partición judicial de la herencia es el reparto proporcional de los bienes a través de los Juzgados de Primera Instancia, que tras la designación de un perito, y la elaboración de un cuaderno particional, se determinará el valor neto de la parte le corresponde a cada heredero. Una vez tasado el inmueble se procederá a su subasta pública. El resultado de dicha subasta pública del inmueble es la razón por la cual siempre es más conveniente que los herederos lleguen a un acuerdo previo, debido a que con la subasta pública se consigue un precio muy inferior al del mercado y los intereses de todos los herederos acaban quedando muy dañados.