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Clara DíazPsicóloga y autora del blog Serendipity

Los avances en medicina e investigación nos indican que podríamos tener mayor esperanza de vida. Hoy en día ser centenario es algo excepcional, no obstante aquellos que pasan de los cien años son personas con bastante calidad de vida. Buenas costumbres como la alimentación, ejercicio físico, un entorno saludable y la compañía de una buena genética permiten que los centenarios tengan una larga y satisfactoria vida después de los 60 años. No obstante y paradójicamente, las costumbres de la sociedad occidental alertan de un retroceso de la esperanza de vida y por su puesto de la calidad de ésta en jóvenes cuyas costumbres ignoran la promoción de la salud. Altos índices de diabetes, enfermedades cardiovasculares y enfermedades degenerativas son los protagonistas de la sociedad de la cultura occidental en contraste con el resto de culturas más rudimentarias cuyos índices son notablemente inferiores.

La pregunta que me hago es ¿estamos todos dispuestos a tener una vida tan larga teniendo en cuenta la alta incidencia de enfermedades asociadas a la vejez? Sin calidad de vida ¿alguien quiere seguir viviendo?

Nadie sabemos si seremos nosotros los que lleguemos a centenarios, pero sí sabemos cuáles son las claves para envejecer con salud.

Os recomiendo este vídeo tan interesante sobre personas centenarias, donde queda de manifiesto su estilo de vida y sus ideales.

Claves como el “hara hachi bu”, creencias religiosas que les aportan apoyo espiritual y preceptos basados en la salud, espíritu de lucha por su historia de vida…

Todo ello queda muy lejos de nuestras costumbres e ideales actuales. Estrés, alimentación muy rica en grasas y azúcares, malos hábitos como tabaco y alcohol, consumo de otras drogas más agresivas, pocos recursos psicológicos para enfrentarnos a situaciones críticas, bajos niveles de sacrificio y tolerancia, sedentarismo…

¿Qué es calidad de vida entonces? Armarios llenos de ropa, numerosos aparatos electrónicos, copiosas comidas en acontecimientos y fechas señaladas, salidas nocturnas reduciendo las horas de descanso y sueño y cargadas de malos hábitos… O la incorporación de hábitos saludables para prevenir enfermedades asociadas a la vejez que permitirán una vida larga y satisfactoria.

“Carpe diem” es un lema que en este caso apoya los hábitos de la cultura occidental, basado en las recompensas a corto plazo.

El lema de la piedra a la entrada de Ogimi, Okinawa (Japón) es el de los centenarios.

¿Y tú, con cual te quedas?