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Eva Martínez

Autora del portal El Taller de mis Memorias

 

En esta serie de dos artículos vamos a ver algunos consejos que pueden seguir los cuidadores para reducir y gestionar el estrés de su día a día.

¿Qué es el estrés?

Es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada.

Causas del estrés

El estrés puede provenir de muchas fuentes, conocidas como “ factores de estrés”.  Los factores estresantes son las situaciones que se viven como una amenaza percibida para el bienestar vital, cuando una persona hace frente a esa amenaza saca a relucir los recursos de los que dispone para afrontarla.

Cuando uno se encuentra con estrés, se producen una serie de cambios fisiológicos que permiten a la persona luchar o huir.

El detonante que produce estrés en una persona no puede registrarse como estresante para otra persona. Dicho esto, ciertas situaciones tienden a causar más tensión en unas personas que otras. Por ejemplo, cuando nos encontramos en situaciones en las que se requiere una gran demanda de nosotros como al cuidar de un enfermo: los que tenemos poco control tendemos a estresarnos porque no nos sentimos preparados, pensamos que podemos ser duramente juzgados por los demás; entonces,  la sensación de fracaso la tenemos continuamente en la mente.

Debido a esto, muchas personas están estresadas en sus puestos de trabajo, en sus relaciones, por sus problemas económicos, por problemas de salud y por las cosas más mundanas como el desorden o el horario de trabajo. Aprender las habilidades para hacer frente a estos factores de estrés te puede ayudar a reducir tu experiencia de estrés.

Tus emociones son contagiosas, como veíamos en el post “10 razones por la que un cuidador de Alzheimer debe sonreír” y el estrés tiene un impacto en la calidad de sus interacciones con el enfermo al que cuidas. Cuanto mejor gestiones su estrés, más va a afectar positivamente a los que te rodean, y el estrés de otras personas no te afectarán tan negativamente.

Puedes aprender a manejar el estrés

Hay una gran variedad de medidas que puede tomar para reducir los niveles de estrés general y la tensión que encuentras en la labor de cuidador:

  • Asumir la responsabilidad de mejorar tu bienestar físico y bienestar emocional.

  • Evitar peligros mediante la identificación de actitudes viscerales y actitudes negativas que se suman al estrés que experimenta en el “trabajo”.

  • Aprender mejores habilidades de comunicación para facilitar y mejorar tus relaciones con el enfermo; para ello recuerda el post “Consejos de comunicación I, II y III, donde encontrarás ayuda para asegurar el entendimiento con el enfermo que tiene dificultades de comunicación, reduciendo así la frustración que puedas sentir al no poder comunicarte con la persona con demencia.

Reconocer las señales de advertencia de exceso de estrés

Cuando estás abrumado por tu labor de cuidador, pierdes la confianza en tí mismo y puedes volverte irritable. Esto puede hacer que seas menos productivo y menos eficaz en tu “trabajo” y hacer que tu labor parezca menos gratificante.

Si pasas por alto las señales de advertencia de estrés, pueden conducirte a problemas mayores. Más allá de interferir con el rendimiento y la satisfacción en el trabajo de cuidador, el estrés crónico o intenso también puede conducir a problemas de salud física y emocional.

Los signos y síntomas del trabajo excesivo y el estrés

  • Sentirse ansioso, irritable o deprimido

  • La apatía, pérdida de interés en el trabajo

  • Problemas para dormir

  • Fatiga

  • Dificultad para concentrarse

  • La tensión muscular o dolores de cabeza

  • Problemas estomacales

  • Aislamiento social

  • Pérdida del deseo sexual

  • El uso del alcohol o las drogas para hacer frente

Algunas de las técnicas de manejo del estrés funcionan disminuyendo la sensación de estrés en el momento. Otras técnicas pueden reducir el estrés que puede sentir en el futuro, ayudándote a ser menos reactivo a él. Estos poderosos procedimientos para aliviar el estrés puede ser muy útiles para manejarlo, ya que esencialmente pueden ayudar a reducir el nivel de estrés que experimenta antes de que incluso lo experimentes.

5 consejos para manejar el estrés

Las siguientes estrategias pueden ayudar a construir la resistencia a la tensión; los recursos también le pueden ayudar a manejar efectivamente el estrés antes de que aparezca.

  1. Ejercicio

¿Qué tipos de ejercicio de reducción de estrés son los más efectivos? El ejercicio es una excelente herramienta de reducción de estrés, y esto es cierto por varias razones:

  1. Ayuda a liberar la tensión física acumulada en el cuerpo.

  2. Puede dar lugar a liberar la tensión emocional.

  3. El ejercicio libera endorfinas y otras “hormonas de la felicidad” en tu cuerpo, promoviendo una sensación de bienestar.

  4. Ayuda a promover la salud y el bienestar general, lo que también puede disminuir su experiencia de estrés.

  5. Algunas formas de ejercicio te permiten socializar, gran factor para la reducción del estrés. Otras formas de ejercicio le puede permitir entrar en un estado de meditación.

  6. El ejercicio también puede aumentar los sentimientos de autoestima y conllevar otros beneficios que mejoran la calidad de vida.

Con todos estos beneficios, está claro que si eres capaz de hacer ejercicio, debes hacerlo.

El siguiente paso es encontrar la forma adecuada de ejercicio. Los siguientes son excelentes para aliviar el estrés, por las razones mencionadas anteriormente, y cada uno tiene sus propios beneficios especiales también.

  • Yoga: Es muy bueno para la salud física y la flexibilidad; también puede ayudarte a entrar en un estado meditativo .

  • Karate: Puede ayudar a desarrollar la auto-disciplina; libera frustración y tensión e incluso proporciona sensación de seguridad, ya que sentirás estar en mejores condiciones para defenderse en caso de un ataque.

  • Natación: Combina las propiedades calmantes del agua y los beneficios del ejercicio, la natación es una gran manera de ponerse en forma, refrescarse y sentirse bien.

  • Caminar: Casi cualquier persona puede hacerlo, y puede adaptarse a su horario: puede darse un paseo en su hora de almuerzo, por la mañana antes de la ducha; camina acompañado y ve hablando con tu compañero. Caminar solo puede propiciar que puedas resolver los problemas que te rondan por la cabeza.

 

2. Meditación

La meditación es una forma cada vez más popular de la gestión del estrés por muchas razones.

Tal vez uno de los mayores beneficios de la meditación es que puede cambiar tu estilo de respuesta emocional habitual, por lo que hace que te sientas más tranquilo y con el tiempo que seas menos reactivo frente a los factores de estrés que enfrentas.

La meditación es más fácil para algunas personas que para otras, por lo que debería buscar y probar varios tipos hasta que encuentres la que te resulte efectiva y se ajuste mejor. Además, ten en cuenta que la persistencia es la clave (si usted practicas durante aproximadamente 20 minutos cada día, verás más beneficios que si practicas durante 60 minutos cada tres días). La cantidad de tiempo que practiques es importante, así, los monjes que han meditado diariamente durante años tienden a tener un tipo muy diferente de reacción ante el estrés que los que han estado meditando desde hace un par de semanas.

Técnicas de meditación básica: Se trata de sentarse en una posición cómoda y tratando de aquietar la mente al pensar en nada. No siempre es fácil hacerlo si no se tiene práctica. Sin embargo, una buena manera de comenzar es pensar en uno mismo como un “observador de sus pensamientos”. A medida que los pensamientos se materializan en tu mente, simplemente déjalos ir. Esa es la idea básica.

 

Para no hacer demasiado largo este artículo, contuaremos en otros con 3 técnicas más de manejo del estrés: escribir un diario, mejorar la inteligencia emocional y romper con los malos hábitos.