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Está cada vez más extendida la idea de que la sexualidad debe tomarse como algo natural a cualquier edad. Diversos estudios avalan que en la tercera edad no merma el deseo sexual y la población se conciencia de que la sexualidad es un derecho que tenemos todos, sin excepción de edad.

Al leer un artículo sobre esto o al ver un documental la gran mayoría de nosotros nos llenemos por un momento de empatía, comprendemos su lógica y pensamos cuán cierto es lo que se plantea. No obstante, con una alta probabilidad esta empatía tiene de vida lo que tardamos en leer el artículo o ver el documental.

Hasta ahí, el objetivo del artículo se ha conseguido. Ha informado y en el mejor de los casos ha concienciado, pero, eludiendo el efecto de la memoria a corto plazo, ¿nos quedamos con esta información sobre la que tan de acuerdo estábamos?, ¿damos ejemplo siguiendo su lógica?, ¿realizamos cambios en nuestra visión, pensamientos y actos?

Supongamos que sí…

Imaginaos que veis en la calle a una pareja de 65 años en un banco besándose. Que en la residencia donde visitáis a vuestro familiar o en la que trabajáis, observáis cómo una pareja se besa una y otra vez en público. Escucháis gemidos a través de la pared de vuestros domicilios en la casa de ese matrimonio entrañable que saludáis en el ascensor, o un hombre o mujer mayor expresa abiertamente su deseo sexual y su práctica, a pesar de hacerlo ante personas de confianza...

¿Cuál es vuestro pensamiento? ¿Cómo actuáis? ¿Qué sensaciones percibís? ¿Creéis que sería motivo de noticia hacia vuestros allegados?

Con el artículo de hoy os lanzamos la pelota y os invitamos a pensar sobre esto. A su vez os recomendamos que leáis: Sexualidad en la tercera edad , Cómo abordar la sexualidad de los mayores en las residencias,

Veáis este documental:

 

Y toméis conciencia antes de plantearos…

¿Voy a cambiar mi actitud con respecto a este tema?, a partir de ahora, ¿cómo lo voy a hacer?

Nosotros esperamos vuestras reflexiones.