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Ha habido ocasiones en las que…

  • He tenido dificultades para orientarme con un mapa al entrar en una ciudad desconocida.
  • He tenido que pensar detenidamente en qué día estamos.
  • No me he expresado con claridad, mezclando palabras, vocalizando de manera incorrecta, dando rodeos en vez de decir directamente lo que quería…
  • He sentido que por muchas veces que me explicaran algo no lograba comprenderlo, a pesar de la extrañeza de otros.
  • He olvidado si he cerrado la puerta con llave, el número y piso de la casa de un amigo, un recado que me habían mandado, dónde había dejado las llaves, las gafas…
  • He pensado que aquella persona que se reía era de mí.
  • Me ha parecido oír mi nombre, pero nadie me había llamado.
  • Me he encontrado torpe con manos, brazos y piernas. Me he tropezado, se me ha caído algo de las manos y he derramado un vaso de agua.
  • He olvidado que conocía a esa persona que tanto insistía en que habíamos coincidido en otro momento.
  • Me he atascado al leer y al escribir, pronunciando mal o escribiendo con letra ilegible y mala gramática.
  • He necesitado estar acompañada, ya que del aburrimiento hacía que merodeara por la casa para encontrar entretenimiento.
  • He repetido más de una vez una cosa, sin darme cuenta, o he dicho algo que acaba de decir otra persona.  
  • He estado enferma y me he puesto triste al ver que no disponía de mi autonomía al 100%.
  • Me he bloqueado a la hora de realizar una tarea o solucionar un problema sin saber por dónde empezar y cómo continuar.
  • Me he encontrado irascible y con cambios de humor.
  • He tenido la sensación de tener una palabra en la punta de la lengua.
  • Al despertar, me he encontrado desorientada sin saber donde estoy, qué día es hoy, por qué ha sonado el despertador y qué debo hacer.
Todos, aunque sea por un segundo, hemos vivido todas o algunas de estas experiencias. Al darse de manera puntual le restamos importancia, aunque en el momento nos producen desconcierto y frustración.
 
Imaginad todos ellos a la vez y las 24 horas del día.
 
Las personas con Enfermedad de Alzheimer, viven en esta dinámica día a día. De manera progresiva lo que se había dado por un segundo se comienza a alargar y a darse de manera masiva.
 
Que estos “por un segundo” nos sirvan para comprender un poco mejor cada uno de los síntomas que experimentan estos enfermos porque aunque sea por un instante, nosotros también hemos experimentado lo mismo que ellos.
 
Si conocemos qué experimentan será más fácil que apliquemos la empatía y a su vez que ellos reciban un mejor trato de todos nosotros.
 
Clara Díaz, Centro Virtual sobre el Envejecimiento

Día Mundial de Alzheimer. 21 de Septiembre de 2013