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Uno de los problemas recurrentes que nos plantea mi padre sucede por las noches en la cama, se suele quitar el pañal, el pantalón de pijama y se orina en la cama.
 
A pesar de la fragilidad que muestra y la torpeza de manos que tiene, consigue desnudarse, no entendemos como lo hace.
 
Cada vez que él nos desafía con algo nuevo, tenemos que buscar una solución. Cuando comenzó a quererse levantar de la cama por las noches, tuvimos que ponerle una barrera protectora, cuando apenas pudo andar, compramos una silla de ruedas. Pero el “nudismo” nocturno no sabíamos cómo resolverlo.
 
Por suerte mi hermana le ha comprado un pijama geriátrico, que consiste en una sola pieza con cremallera atrás, parecido a los bodys de los bebés.
 
De momento ha resuelto el problema pues aunque lo intenta no puede quitárselo, no tiene acceso al pañal y acaba desistiendo. De esta forma tenemos la cama seca por las mañanas.
Lo malo es que resolvemos una situación y él nos plantea otra. Continuos y constantes desafíos que merman nuestra capacidad de respuesta.
 
Ahora no quiere estar sentado en ningún sitio, ni su silla, ni el sofá, ni las sillas de casa, trata de levantarse con el peligro que ello conlleva, pues no se tiene de pie sin ayuda. Aunque insistimos en que se entretenga con algo, su fijación es levantarse. Por más que tratamos de explicarle que no puede levantarse no atiende a razones y nos crea mucho estrés estar frenándole. Hay días que llegamos a la hora de la cena exhaustos, él tratando de levantarse y yo intentando que no lo haga.
 
¡Qué difícil se nos está poniendo su cuidado!
 
A mi madre está situación la exaspera y como ella también está mal, se descentra mucho, habla sin parar y nos hace todo más difícil aún. Se lo explicamos pero a ella las razones no le sirven de mucho pues su enfermedad avanza un poco más cada día.
 
Ojalá encontremos pronto una solución tan mágica como el pijama geriátrico.
 
 
 
JULIO 2014