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El pasado viernes 6 de Junio asistimos a una interesante jornada organizada por el IMSERSO sobre sujeciones en centros residenciales. Una jornada llena de interesantes ponencias y grandes profesionales que nos pusieron al tanto de esta gran iniciativa que aunque parezca reciente lleva años trabajándose en ella.

Se pueden tener en cuenta dos tipos de sujeciones;

Sujeciones químicas, que son las que provocan algunos fármacos como los psicotrópicos y que producen en el mayor una merma del estado de alerta, consiguiendo de esta manera dudosamente ética mitigar su agitación y trastornos de conducta.

Sujeciones físicas, que mediante la fuerza ejercida por barandillas, cinturones, muñequeras… inmovilizan al mayor, evitando que se levante pretendiendo reducir caídas u otros accidentes en la deambulación.

Lo que aparentemente parece una solución con el uso de sujeciones (mayores que no se levantan y por lo tanto no hay riesgo de caída, más calmados y quietos y evitando que toquen heridas o se retiren vías o tubos) se convierte en una cadena de problemas que superan significativamente los beneficios. Efectos secundarios provocados por la polifarmacia y psicotrópicos que provocan problemas gástricos, disfagia, deterioro funcional, de la marcha y el equilibrio que provoca mayor probabilidad de caídas, incontinencia, úlceras por presión… Son tales las consecuencias provocadas que se plantea un cambio bajo el lema “desatar al anciano y enfermo de Alzheimer” ya que, el fin, no justifica los medios.

Son generalmente las carencias de las residencias las que hacen que sea necesario el uso de sujeciones. Ratio de profesionales por residente, condiciones físicas y ambientales, tipo de mobiliario, horarios, seguimientos y auditorías, formación y concienciación de los profesionales… Cuando se retiran sujeciones en un centro se pone de manifiesto toda esta problemática.

Los síntomas conductuales en demencias son los que más afectan a la funcionalidad y preocupación de los cuidadores. Y estos síntomas aparecen prácticamente en el 100% de estos pacientes a lo largo de la enfermedad. Agitación y agresividad física y verbal y delirios o alucinaciones son los más comunes.

Para trabajar en el inicio de la retirada de las sujeciones los profesionales recomiendan llevar a cabo varias acciones:

  • Realizar un análisis de realidad del centro:

o   Ratio y censo

o   Organización

o   Relaciones profesionales

o   Espacios comunes

o   Ayudas técnicas

o   Programas de atención individualizada

o   Programas dedicados a las familias

  • Valorar los casos en los que se utilizan sujeciones (física y psicológicamente así como el riesgo de caídas)
  • Reestructurar espacios y reubicar residentes.
  • Crear espacios seguros y de vigilancia continua inicialmente a la retirada de sujeciones.
  • Reforzar las terapias no farmacológicas para tratar alteraciones conductuales: aromaterapia, musicoterapia, masaje y tacto terapéutico, estimulación sensorial, programas de relajación…
  • Aumentar la ocupación del tiempo libre.
  • Evaluación y seguimiento continuo. Tanto de manera rutinaria como investigación cuando ocurre algún suceso.
  • Programas de formación para todos los profesionales que trabajan en el centro para que sepan cómo reaccionar y actuar.
  • Programas de concienciación para profesionales y familiares para que comprendan la importancia de la retirada y que otra manera es posible.

Las sujeciones son una solución rápida y fácil que no hacen más que perjudicar al mayor y provocar resultados contraproducentes. No obstante, sí es cierto que los profesionales ponentes destacaron que, a pesar de tener centros con un 0% de sujeciones, se valora su uso para momentos puntuales y de duración determinada. Pero insisten en la idea de revisar y modificar las condiciones de cada centro con el fin de que no exista nunca una sujeción innecesaria que en muchas ocasiones se administran de manera rutinaria y sin criterio lógico.