A la hora de establecer los procesos de mejora en la atención a las personas mayores, los actores hacia los que dirigir las acciones para el cambio es diverso, además del propio afectado por el proceso de envejecimiento y/o la patología asociada. Las mejores decisiones de cambio deben llegar avaladas por la búsqueda y aplicación de las buenas prácticas ya contrastadas.