Con el creciente envejecimiento de la población mundial y el aumento de las dolencias de tipo neurológico, cada vez se hacen más necesarias instituciones y profesionales especializados en el envejecimiento de calidad, en investigación y en cuidados sociosanitarios asociados a patologías como el Alzheimer. Los cuidadores desempeñan tareas complejas e intensas que a menudo afectan a su estado físico y emocional.