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Eva Martínez

Autora del portal El Taller de mis Memorias

Una rutina puede disminuir la toma constante de decisiones y traer orden y estructura a la vida diaria que de otra forma resultaría un tanto confusa. Una rutina puede, además, representar seguridad para la persona.

Así que en la medida que lo permita la situación cambiante, hay que tratar de que el enfermo siga haciendo las mismas cosas que pueda realizar hasta el momento en el que se encuentre, como hacer la cama, ir a por el pan, andar en bici. ¿Por qué? porque el enfermo debe mantener su independencia el mayor tiempo posible. Esto le permitirá mantener su autoestima porque no debemos olvidar que al principio de la enfermedad sigue siendo autónomo para la mayoría de las tareas, y que sólo necesita una supervisión.

1.- No debemos dar importancia a sus errores y sí reforzaremos positivamente sus logros

2.- Es importante que siga haciendo sus actividades, favorecer y realizar cosas que le resulten agradables. Se debe ir creando una rutina para realizar las actividades de la vida diaria (tener unos horarios de comida, de levantarse y acostarse, etc.) esto facilitará el cuidado cuando avance la enfermedad.

3.- Es fundamental el ejercicio físico, dar largos paseos y fomentar los hábitos de vida saludables. Por lo tanto, si mantenemos sus rutinas y encima realizamos con el enfermo actividades atractivas como dar paseos por la playa o el campo estaremos retrasando la evolución de la enfermedad.

Es importante que tengamos en cuenta que no todas las personas que padecen Alzheimer evolucionan siguiendo un mismo patrón, ni viven de igual manera la enfermedad. La trayectoria de vida del enfermo, su personalidad y sobre todo el entorno familiar y social donde vive van ser factores que influirán directamente en el curso y evolución de la misma.

4.- La realización de determinadas acciones durante repetidas veces conseguirá que la persona aprenda mejor dichos movimientos para que llegue a realizarlos sin necesidad de pensar lo que está haciendo o, en el caso del Alzheimer, la repetición de estas actividades de manera rutinaria permitirá que la persona las olvide más tardíamente y así sea lo más autónoma posible durante más tiempo.

5.- Es importante que permitamos que realice las actividades por sí solo, prestándole la menor ayuda posible. Ésta ha de darse gradualmente, ya que corremos el riesgo de inutilizar a la persona y hacerla más dependiente antes de tiempo si no lo hacemos de este modo.

Para más información sobre rutinas de la vida diaria, no te pierdas los artículos dedicados a diferentes momentos del día que te ayudarán a establecerla. 

5 pautas que favorecen la rutina del enfermo de Alzheimer