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Clara Díaz, Psicóloga y autora del blog Serendipity

Las personas mayores al cumplir cierta edad se creen ajenas al disfrute de la vida. Ya sea por las dificultades que van adquiriendo al paso de los años, tanto físicas como cognitivas, como por la sensación de inutilidad que tienen hacia sí mismos. Es muy común la idea del “a mi edad ya no puedo disfrutar de nada”. Idea muy extendida en la población mayor, tengan o no dificultades adquiridas.

Si vivimos, aún hay tiempo para disfrutar de la vida. Es obvio que esas actividades deben variar. Al igual que una persona mayor que va en silla de ruedas no puede caminar por sendas y parques, un adulto probablemente ya no disfrute de las salidas hasta la madrugada, los viajes de un verano entero o la atención recibida de niño.

Al igual que evoluciona nuestra personalidad y manera de pensar a lo largo de los años, a pesar de querer estar anclados en los gustos del pasado, debemos procurar adaptarnos a la realidad para conseguir siempre lograr disfrutar de las cosas que nos da la vida. Es difícil desprenderte de tus rutinas y abandonar actividades gratificantes, pero debemos impulsarnos con más fuerza para descubrir otras que cubran estas necesidades. Ello será lo que mantenga un buen estado de ánimo y una vida más feliz.

¿Cuáles son esas actividades alternativas a las que se pueden recurrir?

Hay que tener en cuenta siempre las dificultades que presente el mayor, físicas, cognitivas y/o sensoriales, para lograr que se adapten a cada actividad.

Desde Serendipity se proponen las siguientes:

Costura: la población femenina en mayor medida disfruta de estas actividades. Probablemente hayan cosido durante su vida, y llegada la vejez es posible que renieguen por no hacerlo adecuadamente (temblores, déficit visual…). Puede ser que ya no puedan hacerse un abrigo o un vestido, pero posiblemente si puedan hacer un paño, una bufanda o unas servilletas.

Manualidades: las manualidades son actividades que ejercitan la creatividad. Hay múltiples posibilidades e innumerables materiales. Además aquello que se crea puede servir para adornar o para regalarlo a otras personas.

Música: ya sea escuchar, cantar o tocar un instrumento. La música forma parte de nuestra vida. Todos disfrutamos del género de música que más nos atrae, cantamos en la ducha o fuera de ella… pero además, si nos lanzamos a tocar un instrumento nuestra creatividad se multiplicará. Ello nos aportará una sensación de competencia que indudablemente subirá nuestro estado de ánimo.

Pintura: la pintura es una opción muy utilizada por las personas mayores. Requiere menos competencias cognitivas, entretiene, y los resultados suelen ser muy satisfactorios. Si además de copiar o pintar dibujos prediseñados, nos disponemos a crear ante un folio o lienzo en blanco, promoveremos la expresión emocional y el desarrollo creativo.

Teatro: el teatro es un hobby que muchas personas han tenido pero nunca han practicado. Ante la jubilación y disponibilidad de tiempo para realizarlo, es una opción muy interesante para los amantes de la interpretación. Lo mismo ocurre con el baile.

Animales: el contacto con animales desarrolla los cinco sentidos y las capacidades cognitivas. Además, las personas se sienten más contentas y acompañadas.

Escritura y Lectura: escribir historias, poesía o realizar un diario donde se cuente su historia de vida o situaciones vividas o deseadas. Asimismo, leer cualquier tipo de género, prensa o revistas para los amantes de la lectura estimula nuestro cerebro y aporta conocimientos y entretenimiento.

Natación: el mero contacto con el agua hace que nos sintamos más cómodos con la actividad que se vaya a realizar. El agua permite crear actividades más motivadoras.

Juegos de mesa: los juegos de mesa sirven como pasatiempo, mantienen funciones cognitivas como atención, cálculo y memoria y promueve la socialización.

Excursiones: conocer nuevos lugares, culturas, gastronomía… nos enriquece a la vez que disfrutamos haciéndolo.

Repostería: hoy en día existen muchos avances en el mundo de la gastronomía. Materiales, productos, instrumentos que es posible que sean nuevos para nuestros mayores. Adentrarse en este mundo puede ser muy motivador para los amantes de la comida y de las manualidades.

Estudiar: nunca es tarde para hacerlo. La mayoría de nuestros mayores tuvieron que dejar de estudiar para trabajar y así poder mantener a su familia o ayudar en casa. Llegada la jubilación pueden retomar esos estudios que por circunstancias de la vida no pudieron realizar.

En definitiva se trata de disfrutar, divertirse, entretenerse y vivir el resto de nuestros días lo mejor posible.

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