La enfermedad de Alzheimer tiene un impacto global en la salud del paciente. Es frecuente que se encuentren recursos a nivel asistencial e institucional que cubren algunos de ellos, como la salud física, la higiene, movilizaciones, farmacología, curas etc. No obstante, hay otras afecciones a nivel psicológico que no siempre se ven cubiertas, y son estas precisamente las que más pueden llegar a afectar al cuidador al no saber cómo manejar.