Aliméntate con comidas ligeras:aumenta el consumo de frutas y verduras y disminuye comidas copiosas.
Hidrátate:cualquier líquido es bueno para hidratar. Gracias a ello se reponen líquidos y ayuda a regular la temperatura corporal.
Evita abusar del alcohol:da más sed y deshidrata.
Rehúye el sol entre las 12 y las 18: son las horas con mayor radiación y altas temperaturas. Elige las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde para hacer cualquier actividad.
Minimiza los cambios bruscos de temperatura:evitando tener la casa extremadamente fría con respecto a la temperatura exterior.
Vigila tu presión arterial: tanto la alta como la baja. Existen aparatos para tomársela desde casa.
Observa y controla la hinchazón de tobillos:la inflamación por el clima cálido está relacionada con el flujo sanguíneo. Cuanto más ejercicio hagas, tu sangre fluirá mejor.
Baja el consumo de sal:ya que su consumo puede incrementar la hinchazón.
Vístete con ropa y calzado ligeros y transpirables:colores claros, telas como el lino, sombreros o gorras y calzado transpirable son la mejor opción en verano.
Utiliza crema solar con protección alta:protege tu piel del sol con una crema protectora no inferior al 30 y renueva la aplicación a menudo.
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