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Silvia Adame, Psicóloga especializada en Gerontología, Dependencia y Protección de los Mayores y autora del blog Envejecer en Positivo

Reblogueado desde Envejecer, una nueva etapa:

No es nada fácil, y no me refiero al hecho de trabajar con este grupo poblacional, si no a las trabas y dificultades que ponen tanto gobierno como algunas empresas.

Empecemos con el gobierno. De aquí a unos meses, el psicólogo en una residencia de mayores o en una Unidad de Estancia Diurna será una utopía. La ratio (número de horas de trabajo según el número de residentes/usuarios) de los técnicos en general es cada vez menor, y el trabajo que se puede realizar con calidad, por ende, también es menor.

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Me ha gustado leer lo que comenta mi compañero. Al final añado mi respuesta a un comentario que han hecho en esta entrada del blog.

Mi comentario: Alejandra, siento discrepar con lo que comentas, pero tu visión está muy lejos de la realidad. Para empezar, el legislador no valora al psicólogo, y ello se puede observar claramente en las plazas que oferta tanto para PIR, como para las autonomías y provincias, donde otros profesionales que no menciono para no crear más discrepancias, realizan evaluaciones psicológicas en los domicilios. ¿En qué cabeza coge? Pues se hace.

En relación a los mayores que viven en residencias, si bien es cierto que a todos nos gustaría vivir en nuestra casa, donde hemos pasado tantos años y hemos vivido tantas experiencias; dadas las circunstancias personales de cada uno por las que se ha visto obligado a ingresar en una residencia, no se puede plantear el hecho de volver a casa. Muchos mayores, bien cognitivamente, son conscientes de ello y no pasan el día pensando en volver a casa, sino que se dedican a realizar actividades, pasar buenos ratos con los compañeros y adaptarse a su nueva vida.

Aquellos mayores que pasan el día pensando que quieren irse a su casa (que están bien cognitivamente), son personas ancladas en el pasado, que sólo piensan en cómo era antes su vida y se niegan a hacer actividades e integrarse en el grupo y echar buenos ratos. Esto es en general, claro está. Cada persona es un mundo, pero suele ocurrir así.

Con respecto al papel del psicólogo en los centros de mayores, éste se encarga de estimular la mente de los usuarios, claro está, pero no sólo hace eso. Estimula y, a la vez que estimula, diseña actividades creativas para conseguir otros objetivos ocultos, como pueden ser fomentar la cohesión social del grupo, integrar a una persona determinada, tratar indirectamente problemas de conducta o emocionales de determinados usuarios, y un sin fin de objetivos que podría nombrar. Antes de diseñar tales actividades y establecer esos objetivos, realiza las evaluaciones psicológicas, que son más largas y complicadas de realizar que las de otros profesionales, porque se preguntan aspectos que la persona puede no estar dispuesta a mencionar o se le pide que realice actividades mentales que ya no puede hacer y se evidencia su dificultad.

El psicólogo debe tratar, controlar e intentar prevenir problemas de conducta, principalmente, de usuarios con una demencia severa. Pero no sólo hace esas labores, además debe resolver problemas entre usuarios, ayudar a los familiares a sobrellevar mejor la situación familiar e informar sobre el estado de su padre/madre.

Por otro lado, cabe mencionar, que no sólo se realiza estimulación cognitiva, sino que hay muchas más actividades que realizan una función muy importante en el estado mental y emocional del usuario y en su bienestar y calidad de vida. Algunas de ellas son arteterapia, estimulación sensorial, Montessori, musicoterapia, talleres de crecimiento personal, etc.

Me gustaría añadir que terapeutas ocupacionales y psicólogos no tienen porqué estar enfrentados cuando el trabajo se realiza en común y las actividades se diseñan en equipo, donde cada profesional aporta sus conocimientos. Esto que comento no es una utopía, pues en mi trabajo lo hacemos así y todas las compañeras del equipo de terapia tenemos muy buena relación.

Para terminar, yo me pregunto, si el terapeuta ocupacional se dedica al estado funcional de la persona y no evalúa cognitivamente al usuario, ¿por qué sí realiza el trabajo de estimular ese área que no evalúa y en la que no ha establecido unos objetivos determinados e individualizados? Estoy de acuerdo en que realicen la estimulación cognitiva, mis compañeras lo hacen, pero no estoy de acuerdo en el razonamiento "si ya tenemos terapeuta, que hace la estimulación cognitiva, ¿para qué queremos a un psicólogo?".