Desde hace unos años se está produciendo, en las sociedades avanzadas, un cambio en lo que la sociedad establece como buen envejecer. El Paradigma del Envejecimiento Activo (acuñado por la OMS - Organización Mundial de la Salud en 2002), recoge esa sensibilidad al establecer que las personas no solo necesitamos salud o seguridad para vivir o envejecer dignamente, sino que también necesitamos disponer de oportunidades de participación y desarrollo personal.